viernes, 3 de octubre de 2014

Su poder.

Las palabras son tan importantes… Son capaces de cualquier cosa, de crear o de destruir, llevándonos de un polo a otro, y las palabras las empleamos los humanos teniendo nuestra boca como instrumento, transmitiéndolas en este caso de formal oral, pero también se pueden escribir, y lo que es más importante, la lectura también nos comunica cosas.

De un modo u otro, empleamos palabras para comunicarnos. Aunque también existe la comunicación no verbal, que no viene al caso, aunque a mí me encante.

"La palabra es lo más poderoso que tenemos para crear. Podemos mover ejércitos con ella, hacer el bien y también causar la destrucción", dice Pedro Sanz en hoymotivacion.com Con ella, podemos explicar cosas, situaciones, entre otros, cambiar la opinión de las personas, modificar el estado de ánimo del humano… La palabra puede hacer tantas cosas y tan importantes…

Y cada palabra tiene un significado, aquello que nace de la relación de las cosas y que no existe por sí solo, y en muchas ocasiones las palabras constan de varios sentidos que dependiendo del contexto, tendrá un sentido u otro, aunque sea el mismo significado, es decir, que no se entenderá de la misma manera. Puede ser, por ejemplo, de la misma palabra, al depender su contexto, o bien algo negativo o bien algo positivo, todo lo contrario. Si yo empleo la palabra “negro” cuando me refiero al chocolate, la gente no lo entendería igual a cuando la empleo para referirme a una persona de piel negra. Suena racista cuando se dice algo así como “mira el negro ese”, cuando te refieres a una persona. Sin embargo, “me apetece chocolate negro” es diferente. De un modo, insultamos algo, le añadimos un sentido negativo a la palabra, y por otro lado es algo más bien positivo, o que al menos no afecta de la misma manera que a lo anterior. Así pues, el sentido es aquello que “orienta la acción”, según M. Weber.

También, podemos usar como ejemplo los colores. El blanco y el negro. En unos países, el negro se considera un color apagado, triste, etcétera. El color de luto, el de la muerte. El blanco el color de la paz, de la alegría y de la libertad. Sin embargo, en otros el blanco es el que emplean las personas en otros países cuando van a un funeral, cuando alguien ha fallecido, porque para ellos el blanco representa la palidez de la muerte. Y no sólo estos colores han sido empleados de luto cuando alguien fallece, también se han usado el azul, en la antigua Bretaña, e incluso el azul pálido en la Siria actual. Y para saber más, miles de años atrás, en el Antiguo Egipto y en el Imperio Romano, antes de empezar a usarse el negro, la sociedad se vestía de rojo. Y todo esto... ¿Por qué? Como se ha citado anteriormente, las palabras tienen un gran poder, cuyo significado nace de la relación de las cosas, y dependiendo del contexto tienen un sentido u otro, un sentido que es colectivo, compartido, y, añadiendo a este post, la manera en la que vivimos esos sentidos la llamamos cultura. Por lo tanto, el tema de los colores, de un uso u otro, depende del contexto, de la sociedad, del lugar, de la educación.

Los sentidos cambian según la cultura, son estos mismos sentidos los que generan culturas.

Enya.


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