viernes, 14 de noviembre de 2014

Iluminando el espacio.

Ayer me apetecía ver la nueva exposición que tiene Las Cigarreras, el Centro de Cultura de Alicante, y fui. De paso, observé detenidamente el lugar, el espacio, el Centro.

Nada más entrar, por la puerta principal, vemos lo que tenemos frente a nosotros, un espacio pequeño donde están los conserjes. Es un espacio que se divide del resto por tener una pared con cierta altura que hace que se distinga y no permita pasar al público. Tras ese bajo muro, se encuentran varias personas que trabajan ahí. Ellos son quienes se encuentran de cara al público, dando la bienvenida al lugar.

Después, nos llama la atención lo que hay a nuestra izquierda. Hay una pared en la que detalla el nombre de la exposición, su autora y un breve texto que describe la colección. El lugar es espacioso, amplio y muy simple. Van der Rohe deja huella en este lugar con la frase tan conocida “menos es más”. Las Cigarreras es un lugar tan sencillo, y esto se debe por su función. Es un Centro de Cultura que organiza eventos o bien exposiciones con obras de arte, por ejemplo. Por lo tanto, no se pudo elegir mejor, optando por paredes lisas y blancas, y que entre cada una de estas tengan mucho espacio, con el fin de que el visitante acceda al lugar y se mueva con libertad, sin tener que realizar un recorrido exacto. Aunque observando un rato, por lo general, la gente empezaba por la derecha, recorriendo el lugar como un círculo hasta llegar a la entrada.

Una de las cosas que más importante tiene el lugar son los ventanales que permiten que la luz solar entre por ellos e iluminen el lugar. Hay una gran cantidad de ventanas pequeñas, pero lo suficientemente grandes como para que entre luz, además de estar elevadas, por este mismo fin. Así, la luz que entra en el espacio interior, se refleja en las paredes y estas mismas reflejan de nuevo esta luz a las otras que se encuentran bajo las ventanas. Recordemos que el blanco hace que la luz rebote con más fuerza, y así de manera recíproca entre todas las paredes del lugar. De este modo, conllevaría a un ahorro de energía, aunque también hay pequeñas luces a lo largo de este espacio, puesto que no en todo el espacio llega esta luz solar, y una mayor naturalidad de la escena. Así, cualquier exposición presentada por el lugar, tendrá un protagonismo importante, gracias a las paredes blancas que rebotan la luz y se encuentran tras las obras como fondo.

Posteriormente, hay unas escaleras en mitad del lugar, a la derecha, que nos lleva al primer piso, lugar donde hay más trabajadores: coordinación, comunicación, etcétera. Aquí, trabajadores de cargos superiores a los de los conserjes, unos sobre otros, de mayor a menor privilegio e importancia en la empresa.

Por lo tanto, hablamos de un espacio en el que puede haber movimiento, puesto que sino no sería un espacio, hablamos de un lugar que existe, se percibe y tiene su función, gracias a la luz, y hablamos de un lugar que fue adaptado, puesto que antes era una fábrica de tabacos, para su posterior función.